sábado, 17 de diciembre de 2011

TROZOS DE HISTORIA



 TROZOS DE HISTORIA

Pisaba trozos de la historia, de eso fui consciente desde el primer momento de mi llegada a Egipto, por que allí todo es eso…historia.

Y mi vida cambio de latidos, siendo más pausados y calidos, más sentimientos que miradas, mas cambiar comida por visitas, y descanso por sueños.

Mi visita a las pirámides de Giza fue un sueño echo realidad, había estado tantas veces allí desde mi casa, que cuando llegue llore, no puede evitar la emoción que me embargaba, y el sentir que había regresado a mi tierra de otras vidas. No pude notar sus ocho caras, eso se ve simplemente desde el aire, y no siempre, solamente bajo el efecto relámpago, que tiene efecto algunos días a ciertas horas solares.



Me aturdió el Cairo y su trafico salvaje, entre carros y calesas, entre mujeres y niñas tapadas sin medida, en un mes que el calor ya se hacia insoportable en sus calles, y las miradas a mis pantalones cortos era la envidia de las mujeres, y la alegría de los hombres.


Me gusto visitar sus templos, y mis ojos se llenaron de historias contadas, y maravillas por vivir, y volví al pasado, cuando las mujeres eran importantes en la comunidad diaria, ser madres un milagro, y los niños tan importantes como ahora.



Sentí que el tiempo no había pasado, y que Hatsepsut (el faraón de la XVIII dinastía) se paseaba como hombre siendo una mujer, y vibre junto a su piedras, en Deir el- Bahari, allá en su tumba, y templo, construido como símbolo de amor por su amante Senmut, que fue el amor de su vida, aunque jamás su marido.




Mi visita a la Mezquita de Alabastro de Saladino fue toda una sorpresa, llena de serenidad y silencio, donde sentarse a descansar de un día agotador en las alfombras de su suelo, y sus lámparas en su techo enorme, precioso y hospitalario.




Me gustaron sus zocos, pero NO sus mercados, llenos de todo, especias, frutas, animales vivos y muertos en sus puestos, ropa, y sobre todo… moscas. Pero aun así, todo resulto chocante y nuevo para mí.



Añoro el regreso, y quisiera volver a ver sus templos, su mar rojo, sus pirámides, pero sobre todo, volver a respirar su historia, que ahora se que es parte de la mía.



 

4 comentarios:

Isabel Martínez Barquero dijo...

Ay, Lola, qué largos me has puesto los dientes, que deseando estoy de conocer Egipto, pero ha de esperar.
Las fotos son maravillosas y tus impresiones encantadoras y sentidas.
Oye, la próxima vez que vayas me meto de polizón en tu maleta.
Gracias por compartir estas hermosuras.

Mari-Pi-R dijo...

Sabes Lola he estado en el mes de Noviembre en Egipto todo lo que cuentas estoy de acuerdo contigo es todo una maravilla, aunque el Cairo me llenó de tristeza con tanta pobreza y en aquellos días había mucha suciedad, en fin tendría mucho por contar.
Un abrazo fuerte

Lola dijo...

Hola Isabel, nada de dientes largos, se que pronto iras a visitar ese país maravilloso, aunque a veces nos choquen tantas cosas de su cultura.
Ojala y yo también vuelva a pasear sus aguas, el Nilo es al atardecer como colocarse un chal en los hombros, te abraza y te calienta, y sobre todo te mas.
Cuanto me gustaría que fuésemos juntas pero tu no dentro de mi maleta, pasearíamos sus calles y sus templos, seguro que te gustaría que te contase mil historias allí aprendidas. Un abrazo amiga y como siempre gracias por tu comentario.

Lola dijo...

Hola Mari-Pi, que bien que hayas ido por allí recientemente, ahora se que nos parecemos en algunas cosas.
Claro que la pobreza entristece mucho, pero allí están acostumbrados a esa vida, y es que no conocen otra cosa, aunque ya han despertado a un mundo que no conocían y ya era hora.
Seguro que tendrás mil cosas que contar, allí todo es mágico, y siempre desea uno volver. Un abrazo amiga, gracias por tu comentario.